Exclente artículo de Jorge Izusqui
La educación del futuro…. está aquí
24 jul-2012
Jorge
Yzusqui
GERENTE GENERAL de colegios peruanos
GERENTE GENERAL de colegios peruanos
¿Qué
pensaría usted si le invitaran a matricular a su hijo en un colegio en donde no
existen pizarras, centros de cómputo ni siquiera salones de clase? Quizá usted
pensaría que le están tomando el pelo o, en el mejor de los casos, que le están
haciendo una propuesta poco seria, ¿verdad?
Sin
embargo, la educación del futuro, que no está muy lejos, pareciera estar
caminando hacia ese modelo en donde la necesidad de desarrollar capacidades y
competencias diferentes a las que ahora desarrollamos están demandando que se
rediseñen los espacios de aprendizaje, los roles de los profesores y los
diseños de los colegios. Hoy, tan importante como el desarrollo de las competencias
cognitivas (matemática, ciencias, etc.), lo son las competencias actitudinales,
la creatividad, la innovación. ¿Podemos desarrollar estas competencias en
salones de clase en donde los alumnos permanecen 7 horas diarias durante 10
meses al año y en donde tienen un conjunto de profesores que parados al frente
los hacen leer, copiar y memorizar muchas cosas? ¡Definitivamente no!
Para
desarrollar las competencias del siglo XXI es necesario que los profesores se
conviertan en guías o tutores que acompañen a sus alumnos en la indagación y en
la construcción del conocimiento; es necesario desarrollar el autoaprendizaje
en los alumnos y para ello los profesores tienen que convertirse en
facilitadores y deben aprender a decir “no sé” y, valga la redundancia, a
aprender con sus alumnos; es necesario crear ambientes abiertos y
participativos que fomente la creatividad y la innovación, espacios cómodos,
relajantes y variados que permitan a los estudiantes liberar sus energías y
canalizar las mismas hacia los proyectos de investigación y el trabajo
colaborativo; es necesario también que estos proyectos se realicen con alumnos
de diferentes grados donde las diferencias de edades permitan visiones
diferentes y que se complementen; se requiere también menos salones tradicionales
y más espacios de aprendizaje menos estructurados y abiertos que inviten a la
creatividad, y se requiere soporte tecnológico para conectarlos al mundo y para
captar la atención de ellos que hoy en día están acostumbrados a hacer varias
cosas a la vez.
En
resumen, necesitamos una escuela diferente que invite a los alumnos aprender a
su propio ritmo y que los prepare para enfrentar el mundo que les tocará vivir.
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